Dejo que circule en mi cuerpo de abajo arriba, como las olas de un océano proceloso, el impulso sublime y feroz que el mundo necesita. Llamadlo como os parezca: potencia sexual, energía de la materia, dragón, kundalini... Es un caos inconmensurable que cobra forma en mi interior. En mi vientre se unen un diablo y un ángel, formando un torbellino. Como un árbol, estiro mis ramas hacia el cielo reforzando al mismo tiempo mis raíces en la tierra. Soy una escalera por la cual la energía sube y baja simultáneamente. Nada me asusta. Soy el comienzo de la creación.


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