El poder popular y el contrapoder en Chile

Hoy día es frecuente escuchar a muchos compañeros de distintos grupos, movimientos y colectivos referirse al término poder popular. Para algunos es el centro de su política y la conciben como un objetivo o aspiración, para otros, es el conjunto de las actividades que realizan cuando las consideran soberanas, autogestionadas y antisistémicas.

En primer lugar, expondremos, brevemente, algunas formas del poder popular en Chile En este apartado, nos hemos servido del artículo de Pepe Burgos El poder popular y el contrapoder en Chile. Posteriormente, presentaremos nuestra opinión.

El concepto de poder popular, fue desarrollándose en el período de la Unidad Popular, creciendo como un proceso paralelo impulsado por el MIR, PS, MAPU e IC. Lo más significativo fue el concepto de poder directo ejercido desde los explotados, como un contrapoder, poder paralelo al burgués que iba creciendo al calor de la lucha del pueblo. Se planteaba en ese momento el tema del poder como la contradicción principal que cruzaba la lucha de clases. El poder popular se gestaba desde las bases sociales en un nuevo ejercicio de la democracia directa ejercida por las masas organizadas, en contraposición con la democracia representativa parlamentaria.

El empresariado hizo un paro patronal en Octubre de 1972 con la finalidad de crear las condiciones propicias para un golpe de Estado en contra de Allende, los trabajadores respondieron con tomas generalizadas de industrias, quebrando el paro patronal. Luego de esto, la clase obrera se quedó con las industrias en sus manos haciéndolas producir sin patrón. Los trabajadores llegaron a tener en sus manos parte importante de la producción: el control obrero del 20% del parque industrial chileno. En paralelo a esa respuesta coyuntural, una expresión del poder popular en los obreros era la organización alcanzada en los cordones industriales. Una forma de constituirlo fue las industrias autogestionadas, (empresas no estatizadas que fueron abandonadas por el patrón que se marchó al extranjero y cuyos trabajadores se hicieron cargo de la producción y administración directa), como, por ejemplo, "Cotralaco".

En el campo, el campesinado junto la izquierda revolucionaria profundizaba la reforma agraria llegando a organizar Consejos Comunales Campesinos, desde donde se ejerció, una forma autogestionada de cooperativas agrícolas, con niveles de organización incluso superiores al de los Cordones Industriales. Por ejemplo, en el Consejo Comunal de Cautín, dirigido por el MIR, se llegó a ejercer juicios populares, a reemplazar los juzgados de policías locales.

Las JAP y el abastecimiento directo, estas dos formas de organización poblacional de control de los alimentos frente al acaparamiento y mercado negro que impulsaba la derecha política y económica, fueron gestionada por pobladores y fue la forma más masiva de poder popular. Según estadísticas las JAP eran sobre tres mil en el país y el abastecimiento directo abastecía a más de 300 mil familias.

Los Comandos Comunales fueron la expresión territorial que coordinó todas las acciones que se emprendían en la comuna para vigilar, prevenir el sabotaje, asegurar la distribución de alimentos y bienes esenciales, el transporte, el abastecimiento de materias primas etc, uniéndose paralelamente a las experiencias de los Cordones Industriales, el mundo obrero, unido a la lucha campesina y a los pobladores de las JAP.

Estas fueron experiencia de poder directo del pueblo en un determinado contexto político, el gobierno de la UP en el que la militancia y los partidos tenían mucho poder. Hoy día el poder popular se ha separado de la iniciativa que combinaba el empuje del pueblo organizado con la influencia y dirección de los partidos políticos.

Hoy varios compañeros igualan el poder popular a un poder autónomo, apolítico, no ideológico y con una concepción antipartido. El poder popular es, para ellos, lo que hace el pueblo solo sin la más mínima influencia de nada ni de nadie.

Nosotros decimos NO a esta concepción, el pueblo siempre está cruzado por distintas influencias políticas de las clases sociales, influencias de las organizaciones burguesas y proletarias. El pueblo no solamente forma parte de estas organizaciones, sino que también se ve entre ellas teniendo que decidir. No existe esa autonomía, esa soledad en que el pueblo no tiene influencia.

Lo que ocurre es que se debe aceptar y comprender que el pueblo debe ser influido por las organizaciones revolucionarias, proletarias y marxistas. Al pueblo se le debe imbuir en un proyecto socialista y comunista, es, para nosotros, el mejor camino que el pueblo puede
seguir.

A pesar de estar en contra de la concepción autónoma de poder popular, nosotros usamos ese término con un sentido específico:

El poder popular es el pueblo organizado en sus instrumentos políticos: el partido revolucionario, un movimiento de masas fuertemente politizado y un destacamento militar. Instrumentos inscritos en la construcción del socialismo y el comunismo.

Hoy el poder popular es la lucha organizada, es participar de núcleos políticos, es ser militante y construir organizaciones para que el pueblo termine asumiendo el proyecto estratégico de la guerra popular que termine con el capitalismo y siente las bases del socialismo y el comunismo. 

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